viernes, 21 de diciembre de 2012

CÓMO MANEJAR LAS RABIETAS

Una rabieta o berrinche es una forma inmadura de expresar ira o enojo. Aunque usted tenga un carácter muy dulce y sereno, su hijo probablemente tendrá algunas rabietas. Trate de enseñarle que las rabietas no dan resultado, y que no le harán cambiar de opinión a usted. Para los 3 años de edad, puede empezar a enseñarle a su hijo a expresar sus sentimientos con palabras ("Estás enojado porque..."). Debemos enseñar a los niños que el enojo es normal, pero que debe ser manifestado en la forma apropiada. Cuando los niños llegan a la edad escolar, las rabietas deben ser raras. En la adolescencia, puede recordarle a su hijo que explotar produce una mala impresión y que contar hasta 10 puede ayudarle a recuperar el control.


En lo que se refiere a las rabietas existe una verdad casi universal: La rabieta no sucede si no hay un público que reaccione ante ella. El siguiente video demuestra claramente este punto.

Para evitar las rabietas


Las rabietas son parte de la vida diaria de algunos niños, aunque pueden ser mucho menos frecuentes o raras en otros. Aunque tu bebé sea responsable de sus rabietas, puedes evitar muchas organizando su vida de manera que la frustración permanezca dentro de los límites de su tolerancia la mayor parte del tiempo. Siempre merece la pena evitar las rabietas si puedes hacerlo, sin comprometer tus propios límites, porque no aportan nada positivo para ninguno de los dos. Cuando debes forzar a tu hijo a que haga algo que no le resulta agradable, o prohibir algo que le haya gustado, hazlo con el mayor tacto posible. Si ves que se está enojando o alterando acerca de algo, intenta hacer que le sea más fácil aceptarlo. Por supuesto debe salir con el abrigo puesto, si eso es lo que le has dicho, pero quizás no necesite llevar la cremallera cerrada todavía. No hay ninguna ventaja en desafiar a tu hijo con cosas absolutas que hay que "hacer" y "no hacer" o en acorralarlo en situaciones en las que su única opción es explotar de rabia. Déjale una ruta de escape digna.

Qué hacer si tu hijo tiene una rabieta


Recuerda que su exceso de enfado o de rabia le aterroriza a él mismo. Asegúrate de que no se hace daño a sí mismo ni a los demás. Si después de que se le pase el ataque de rabia descubre que se ha dado un golpe en la cabeza, te ha arañado la cara o ha roto un jarrón, verá estos daños como la evidencia de que no se puede controlar y de que tú tampoco tienes el poder de controlarlo y mantenerlo seguro.

Puede ser más fácil mantener a tu niño seguro si lo sujetas con suavidad en el suelo. A medida que se vaya calmando y se sienta cerca de ti descubrirá, para su asombro, que todo sigue igual después de la tormenta. Poco a poco se relajará en tus brazos y los gritos se convertirán en llantos. El monstruo furioso es ahora simplemente un bebé que ha gritado hasta quedar agotado y se ha asustado tontamente. Es hora de consolarlo.

Hay algunos niños que no soportan estar en brazos mientras están teniendo una rabieta. La restricción física les da más motivo para "enrabietarse" y hace que todo el asunto se vuelva peor. Si tu hijo reacciona de esta manera, no insistas en dominarlo físicamente. Aparta cualquier cosa que pueda romper e intenta evitar que se haga daño a sí mismo.

  • No intentes discutir con tu hijo. Mientras la rabieta dura, tu pequeño está más allá de la razón.
  • No le contestes gritando, si es que puedes evitarlo. La rabia y el enfado son muy contagiosos y puede que te sientas más enfadada con cada uno de sus gritos. Intenta no participar en la rabieta. Si lo haces, probablemente la prolongarás ya que cuando comience a calmarse, se dará cuenta del tono enfadado de tu voz y empezará otra vez.
  • No le des ninguna recompensa ni ningún castigo por una rabieta. Lo que quieres es que entienda que las rabietas, que son horribles para él, no cambian nada, tanto a favor como en contra. Si tiene una rabieta porque no dejas que salga al jardín, no cambies de opinión y dejes que salga después de que se haya calmado. De la misma forma, si ibas a dar un paseo antes de que tuviera la rabieta, debes seguir con el plan, tan pronto como se calme.
  • No dejes que las rabietas en público te hagan sentir mal. Muchos padres temen las rabietas en lugares públicos; sin embargo, no debes dejar que tu hijo sienta esta preocupación. Si dudas en llevarlo a la tienda de la esquina, para evitar que tenga una rabieta porque quiere chuches, o si lo tratas de forma extra cuidadosa cuando hay visitas por si el trato ordinario provoca una explosión, se dará cuenta de lo que está pasando. Una vez que tu hijo se dé cuenta de que sus rabietas genuinamente incontrolables tienen un efecto en tu comportamiento hacia él, es probable que aprenda a usarlas y entre en un estado de rabietas semi-deliberadas típicas de niños de cuatro años cuyas rabietas no se han manejado con eficacia.

CÓMO MANEJAR LAS RABIETAS

Imagina que tu hijo no tendrá una rabieta, compórtate como si nunca hubieras oído hablar de ellas y luego trátalas, cuando ocurran, como algo desagradable, pero completamente irrelevante en el curso de los acontecimientos de un día ordinario. Suena fácil, pero no lo es. Recuerdo que una vez visité a una amiga cuyo hijo de 20 meses le había pedido que le dejara jugar en el jardín. Ella le contestó, "Ahora no, es casi la hora del baño", y siguió hablando conmigo. El niño le tiró del brazo y le preguntó de nuevo, pero no obtuvo respuesta. Luego intentó en vano abrir la puerta para salir. Estaba cansado y la frustración le sobrepasó. Explotó. Cuando la rabieta había pasado y su madre le había calmado, mi amiga me dijo: "Me siento fatal. Esto ha sido culpa mía. No me he dado cuenta de que era tan importante para él jugar en el jardín". Y entonces le abrió la puerta para que saliera.

El comportamiento de la madre es fácil de comprender, ¡pero también un ejemplo excelente de cómo no hay que manejar una rabieta! Le dijo "no" al niño cuando le pidió ayuda la primera vez, sin pararse a pensar con detenimiento en lo que le había pedido. Los esfuerzos del niño para abrir la puerta no le indicaron lo desesperadamente que quería jugar, porque no le estaba prestando atención. Solamente cuando tuvo una rabieta se dio cuenta de que el niño realmente quería salir a jugar y de que no había una buena razón para no dejarle jugar. Es normal que quisiera compensar a su hijo dejándole jugar después de todo, pero era demasiado tarde para eso. Aunque no hubiera sido una buena decisión al principio, debería haber seguido con su "no" original porque al cambiarlo a un "sí" después de la rabieta, lo que consiguió fue que su hijo sintiera que su explosión había tenido el efecto deseado. Hubiera sido mejor para los dos que mi amiga hubiera escuchado con atención a su hijo cuando le pidió ayuda por primera vez y hubiera pensado mejor su respuesta, en vez de ceder a los deseos del niño después de la rabieta.

No es fácil ser un niño pequeño, y pasar sin control de esos estados de ansiedad a explosiones de rabia. Tampoco es fácil ser el padre de un niño pequeño, y tener que convivir con ese estado emocional tan variable y mantenerlo en equilibrio. Pero el tiempo ayuda a todo el mundo. Gran parte de la turbulencia emocional se habrá calmado para cuando tu hijo haya completado su cambio de niño pequeño a niño en edad preescolar.


LAS RABIETAS QUEDAN ATRÁS

Tu niño pequeño crecerá, se hará grande y podrá manejar mejor las cosas. Eso significa que tendrá menos frustración extrema en su vida diaria. También podrá conocer y comprender más, y su vida tendrá menos novedades que le asustan. A medida que pierde el miedo, dejará de necesitar tanta reafirmación de ti y gradualmente aprenderá a hablar libremente, no sólo acerca de las cosas que puede ver frente a él, sino acerca de las cosas que está pensando e imaginando. Con la ayuda del lenguaje también distinguirá entre fantasía y realidad. Una vez que llegue a este punto, podrá ser capaz de ver que la mayoría de sus peores miedos no son ciertos, y que la mayoría de las exigencias y restricciones que tú le impones son razonables.

Se convertirá un ser humano razonable y comunicativo. Simplemente dale un poco de tiempo.

CONTROL DE ESFÍNTERES

El control de esfínteres es la capacidad que tienen las personas de manejar la salida y retención de excremento y orina. Es un proceso que normalmente se desarrolla en los primeros años de vida. Sin embargo, en cada cultura se lleva a cabo de distintas formas, pues implica varios aspectos a nivel familiar e individual de cada niño. La Dra. Leyla Arroyo nos da algunos consejos para lograr que nuestros hijos logren ir al baño de la manera más armoniosa posible:

1. No existe un consenso que nos diga la edad exacta en que los niños deban controlar sus esfínteres. Es preciso entender que cada niño es diferente y llevará a cabo este proceso cuando esté listo. Ellos nos darán avisos, así que debemos ser pacientes y esperar las señales.

2. Los niños necesitan alcanzar cierta madurez neurológica y motora para controlar sus esfínteres. Es decir, deben sentirse incómodos cuando estén mojados y ser capaces de expresarlo. También es importante que logren colocarse en la posición adecuada para ir al baño y que tengan habilidad de subir y bajarse sus pantalones. 

3. En algunos países se comienza el entrenamiento a los 18 meses, en otros se sugiere que sea después de los 24. Sin embargo, yo recomiendo que sea entre los 21 y los 36 meses, ya que a esa edad los niños tienen todas las capacidades anteriormente mencionadas.

4. Es muy común que las niñas logren primero ir al baño solas. Tenlo en cuenta cuando tengas más de un hijo.

5. Debido a que puede darles un poco de miedo utilizar el baño normal es favorable utilizar uno de su propio tamaño, con ilustraciones de sus personajes favoritos o colores llamativos. También puedes motivarlos con ropa interior de su agrado. Te sugiero usar de la que está hecha con material absorbente, pues si ocurre un accidente será más fácil limpiarlo.

6. Aunque haya guarderías que cuenten con técnicas especializadas para que los niños vayan al baño, debemos recordarles que no sólo en la escuela deben avisar, sino también en casa.

7. No es recomendable despertarlos durante la noches. sugiero que pongamos atención en las horas del día en las que van al baño y llevarlos en ese momento. generalmente es después de comer para hacer popó y cada dos horas para hacer pipí. Esta frecuencia se debe ir alargando cada par de semanas.

8. No se recomienda dar grandes elogios o recompensas cuando los niños logren orinar o defecar en el baño. Debemos pensar que controlar los esfínteres es un evento natural como caminar o comer. Los niños deben comprender esto para que cuando fallen no sientan rechazo por parte de sus padres.

9. Si ocurriera algún accidente es importante que no los regañemos, el niño o niña debe sentirse en un ambiente de confianza en el que se le recuerde que no es nada malo y que la próxima vez será mejor. Tampoco debemos compararlos con otros niños, incluyendo a sus hermanos. Esto sólo traerá efectos negativos.

10. Ten paciencia y no te desesperes. Recuerda que todos los niños sanos lograrán controlar sus esfínteres y seguramente será antes de que cumplan 5 años. Si esot no sucede así, entonces es importante que acudas con un especialista para que descarte la posibilidad de enuresis o encopresis, trastornos físicos que impiden el control de esfínteres. Toma en en cuenta que la ansiedad también puede ser un factor importante.


HIJOS ANTE SEPARACIÓN DE PADRES


En este link podréis encontrar bastante información sobre este tema. A mi me ha ayudado bastante a la hora de orientar a padres y alumnos.

Mi rinconcito dedicado a los papis "Rincón de la supernanny"

Os doy la bienvenida a este "mi rinconcito de la supernanny" donde vais a encontrar información y consejos todo ellos relacionado con la conducta de los niños.

LOS CELOS INFANTILES

1- Introducción
Los celos pueden definirse como un estado subjetivo caracterizado por una sensación de frustración al creer que ya no somos correspondidos emocionalmente por las personas queridas (padres, parejas...) o, al menos, con la intensidad y frecuencia que deseamos o necesitamos. 

Muchas son las causas que pueden disparar los celos. En la infancia es habitual la aparición de celos tras el nacimiento de un hermanito. En cierto modo, el niño se protege y reclama seguir teniendo la misma atención que se le dispensaba antes y que ahora tiene que ser compartida. Por tanto, puede tener un cierto valor adaptativo. No obstante, en muchas ocasiones, la respuesta de celos es exagerada, prolongada en el tiempo y cursa con gran malestar y deterioro en las relaciones familiares. Es, en estos casos, cuando la ayuda profesional es imprescindible.

Como se ha dicho, en todos los episodios de celos hay una experiencia subjetiva de malestar emocional y frustración independientemente de los hechos que la provoquen y perpetúen. Estas causas pueden, a su vez, ser reales y obedecer a hechos objetivos, o irreales (imaginadas o inventadas) en cuyo caso podríamos estar ante un trastorno clínico.

Normalmente, la respuesta del niño o persona que padece los celos, cursa con envidia y resentimiento hacia la persona intrusa que se percibe como un rival para compartir el mismo espacio afectivo.
Los celos llevan además implícitos un proceso de distorsión cognitiva acerca de los hechos objetivos, los sentimientos de los otros, las consecuencias futuras y, en definitiva, de la percepción de la realidad. Esto añade más carga negativa pudiendo incrementar en el niño una baja autoestima, cuadros de ansiedad o miedos pero también conductas desadaptadas como más adelante se expone.

2- Posibles causas de los celos entre hermanos
a) Características de los hijos

Normalmente, se atribuyen las causas de los celos infantiles, en especial en aquellos que se dan entre hermanos, a factores ambientales y evolutivos. Sin embargo, hoy sabemos, de la existencia de ciertas características del temperamento en niños que van ser muy relevantes en la posible aparición de la conducta celosa. Estos factores, que podrían ser de tipo genético, predispondrían a desarrollar este tipo de conductas con mayor probabilidad e intensidad, configurando en el tiempo una personalidad celotípica que se seguiría manifestando en la vida adulta con parejas sentimentales o compañeros de trabajo, entre otros.

Algunos estudios avalan la hipótesis de que los niños de temperamento sensible, detallista, metódico, con esquemas bastante rígidos y poca tolerancia a los cambios (de casa, de escuela, de educadores, etc.), a veces con poca capacidad para expresar con palabras sus sentimientos (en el caso de los niños mayores de 4 años), tendrían más posibilidades de desarrollar un trastorno de celos ante la llegada de un hermano.

Por otra parte, sabemos que cada niño es diferente y también lo es su percepción acerca de la distribución de atención y privilegios entre los hermanos por parte de los padres.

Independientemente de la situación objetiva que se produce en las relaciones padres-hijos, cada niño construye su propia realidad en base a su carácter y historia previa. De esta forma, podemos creer que somos muy ecuánimes en el trato con nuestros hijos pero alguno de ellos puede interpretar lo contrario. 

Frecuentemente se proporciona mayor atención al hijo celoso, pero eso no sirve para hacerle cambiar en sus percepciones y sentimientos. También puede ocurrir que las conductas celosas se perpetúen como forma de obtener ciertos privilegios o mantener una posición de aparente “fragilidad” para utilizarlo a su favor.

b) El momento evolutivo 

Los celos son normales dentro del curso evolutivo del niño y a edades tempranas tras el nacimiento de un hermanito ( a partir de 2 años hasta los 4 o 5 aproximadamente). La etapa más sensible es cuando la llegada del hermano se produce durante la fase de apego.

Se considera que tienen un valor adaptativo en cuanto es un sistema de regulación del niño para afrontar una nueva situación. Lo habitual es que vayan desapareciendo o reduciéndose a medida que el niño se hace mayor. 
En algunas ocasiones, cuando estos celos son persistentes en el tiempo, frecuentes, de cierta intensidad y cursan con malestar significativo en la relación familiar es cuando podemos encontrarnos con los celos patológicos que sí pueden asociarse a ciertos factores internos del propio niño, entre otras causas.


Los celos entre hermanos pueden darse en los dos sentidos, es decir del hermano mayor hacia el menor y viceversa. En el primer caso suelen aparecer conductas regresivas (conductas infantiles de imitación del hermano pequeño, enuresis secundaria, etc.) y en el segundo, los celos se dan en el sentido de identificarse con el hermano mayor que le sirve de modelo al tiempo que reivindica los derechos y privilegios que se le otorgan por su edad más avanzada.



c) Características de los padres 



Los estilos educativos de los padres, así como el clima familiar son también factores importantes a tener en cuenta. En aquellos hogares donde los padres adoptan un estilo abierto, comunicativo, de igualdad de trato (dentro de cada edad), de afecto compartido, sin establecer comparaciones entre hermanos y sabiendo destacar lo mejor de cada uno, es donde se pueden minimizar los riesgos de celos.

Cuando la atención hacia los hijos es asimétrica puede potenciarse la aparición de los celos. Sucede que hay niños más extrovertidos, alegres o con mejores recursos sociales que suelen acaparar la atención con mayor facilidad que alguno de sus hermanos. Es normal, en estas situaciones, que estos niños reciban de forma natural mayor atención de las otras personas. 

Algunos estudios avalan la hipótesis de que cuando existe una buena relación afectiva padre-hijo antes del nacimiento del hermano se minimiza el riesgo de conflicto posterior con la madre por motivos de los celos.

Igualmente señalar que puede ser un factor de riesgo desencadenante el estado anímico y emocional de la madre tras el parto. Si se dan cambios importantes en su comportamiento o hábitos (cansancio, estrés post-parto, depresión, etc.) pueden afectar al niño que relaciona los cambios negativos con la llegada del hermano.

d) Factores ambientales 

Cada niño constituye un individuo con características únicas. Éstas se van conformando a lo largo del ciclo evolutivo en base a la interacción de su genética con las experiencias vividas y la educación recibida. 

Los niños que en su primera infancia han sufrido carencias afectivas (malos tratos, agresiones, abandono, etc.) pueden desarrollar posteriormente, aunque el ambiente se haya “normalizado” una sensibilidad especial hacia la necesidad continua de atención y, por tanto, poca tolerancia a compartir su espacio con otros y, por tanto, a desarrollar conductas celosas de diferente índole. 
En general, podemos afirmar que tanto un ambiente afectivo excesivo o mal entendido (tolerarle todo, ceder a sus demandas, hacerle creer que es el centro del universo, etc.) como lo opuesto (escasa afectividad, mal trato, poca interacción, abandono, etc.), pueden provocar desajustes que cursen con episodios de celos entre otras manifestaciones conductuales.

3- Síntomas y manifestaciones del niño celoso


Los indicadores de la presencia de celos en niños pueden ser muy variados y van desde la aparición de conductas de aislamiento, infelicidad y frustración (conductas internalizantes o dirigidas hacia uno mismo) a conductas disruptivas y agresivas dirigidas tanto a las personas objeto de envidia como hacia las figuras de apego (conductas externalizantes dirigidas hacia otros).
Dependiendo del temperamento del niño, su edad y circunstancias ambientales las manifestaciones celotípicas variarán entre los dos extremos propuestos pudiendo simultanear una combinación de ambas.
En general, los niños celosos pueden manifestar algunas de las siguientes conductas:

  • Cambios de humor no justificados.
  • Signos de infelicidad. Lloro frecuente sin motivo. Tristeza acompañada de manifestaciones verbales de no sentirse suficientemente querido.
  • Aparición de nuevas conductas (no presentes hasta la llegada de un hermano o ya superadas) normalmente desadaptadas con el simple motivo de llamar la atención de los padres (pipi en la cama, negarse a comer, agresividad injustificada hacia objetos o animales, comportamiento social anómalo, etc.).
  • Cambios en la expresión verbal y gestual. Vuelta a un lenguaje más infantil con presencia de gestos inmaduros como chuparse el dedo.
  • Alteraciones en los patrones de comida (menos apetito o más selectivo con los alimentos, rechazando platos antes preferidos o se le tiene que dar la comida) y sueño (insomnio, despertar nocturno, solicitar dormir con los padres, etc.)
  • Negativismo, terquedad, dificultad para obedecer. En los casos más extremos: oposicionismo, agresividad manifiesta y actitud desafiante hacia padres y compañeros.
  • Negar sistemáticamente los errores propios y culpabilizar a los otros de sus problemas o actitudes (en especial al hermano objeto de celos).

4- Estrategias y orientaciones de intervención

La mejor forma de regular los celos es intentando conocer cual es el origen de los mismos. Deberemos tener en cuenta la historia previa del niño, su edad, circunstancias, etc. También es importante diferenciar entre la aparición repentina de los celos o un temperamento o personalidad celosa. En el primer caso podemos sospechar la irrupción de algún elemento novedoso como puede ser el nacimiento de un hermano. En el segundo caso se trata de niños con cierta predisposición a padecerlos y su tratamiento será más complejo. 

En el caso de que los episodios se mantengan en el tiempo, su magnitud sea desproporcionada respecto a lo esperado por su edad y educación recibida, produciéndose un deterioro en las relaciones familiares, es cuando aconsejamos la visita a un profesional.

Una vez identificados los celos, los padres y demás familiares relevantes deberán consensuar una estrategia común para ayudar al niño. 

A nivel general exponemos una serie de orientaciones para minimizar las conductas celosas entre hermanos:

  • Es fundamental establecer un equilibrio en el trato a los diferentes hermanos de forma que no haya un trato de preferencia hacia ninguno de ellos ni se establezcan comparaciones.
  • Siempre es más eficaz alabar los aspectos positivos que recriminarle los negativos.
  • Delante conductas celosas (rabietas, desobediencia, negativismo, etc...) puede aplicarse la retirada de atención o alguna de las técnicas conductuales que se utilizan en la modificación de conducta. Si los celos suponen un reclamo de atención emocional, debemos ser capaces de dársela contingentemente a las conductas deseadas o positivas, nunca tras los episodios de celos.
  • Aumentar el tiempo en actividades y juegos de toda la familia es buen método para mejorar la comunicación y estrechar lazos.
  • Responder con tranquilidad a los episodios celosos, sin estridencias ni recriminaciones, comunicarle al niño nuestra decepción por su comportamiento y dejar de prestarle atención. Posteriormente cuando se tranquilice y, según la edad, podemos intentar razonar lo ocurrido y darle la atención emocional. No obstante, “razonar” con el niño celoso (aunque tenga edad suficiente para comprender nuestros argumentos) no funcionará siempre. Debemos entender sus conductas como síntoma de un malestar y no desde la perspectiva adulta.
  • Cuando los celos son del hermano mayor hacia otro de edad inferior puede resultar útil irle recordando de forma sutil las ventajas y “privilegios” que tiene al ser mayor (por ejemplo: acostarse más tarde o poder realizar ciertas actividades). También, para los niños a partir de los 3/4 años aproximadamente puede ser útil darles cierto protagonismo respecto a los cuidados hacia el hermano pequeño y la importancia de su ayuda para la familia. A estas edades puede ser insoportable perder todo el protagonismo debido al recién llegado. Es frecuente que las diferentes personas y familiares que visitan al bebé le dediquen una atención casi exclusiva quedando en segundo término el hermano y acrecentando sus celos.
  • La relación entre hermanos tiene su propio ciclo de desarrollo. Si el clima familiar es emocionalmente estable y equilibrado, los celos puntuales, normalmente son superados y no presentan mayores problemas.

Mi rinconcito de las letras"Rincón de lengua y literatura"

Os doy la bienvenida a este "mi rinconcito de las letras" donde vais a encontrar ideas muy chulis relacionadas con este tema para hacer con los niños.

En infantil podemos:


1. Dejar en el rincón diferentes imágenes y etiquetas, con texto y sin él (se pueden plastificar para que duren más), junto con dos cajas: una, con la etiqueta LETRAS (Tachada) y otra, con la etiqueta LETRAS. los alumnos tendrán que clasificar las imagenes en la caja de letras (tachada) y las letras en la caja de letras.


2. Preparar tarjetas con los nombres de los niños, en letra muy grande. se trata de que los niños repasen su nombre con el dedo.

3. Elaborad el álbum de la clase con tantas páginas en blanco como niños tenga el aula. en la parte superior de cada hoja pegar la foto de un niño de la clase y escribir el nombre debajo; cortar las hojas por la mitad de manera que se puedan relacionar las fotos con todos los nombres. Pegar gomets de formas y colores diferentes detrás de la páginas cortadas, de manera que cada fotografía y el nombre respectivo tengan el mismo color y forma. Este álbum será autocorrectivo, pues el niño podrá comprobar si ha relacionado bien la fotografía con el nombre mirando los gomets de detrás que sera de igual color para las dos partes de un mismo folio.

4. Pegar en la pared el dicho del mes. A principio de mes, preguntar a los niños si saben algún dicho; en caso de que no sepan ninguno, escribir dos en la pizarra, leerlos en grupo y pedirles que, entre todos, escojan el refrán que quieren aprender de memoria. Escribirlo y pegarlo en la pared, debajo del título dicho del mes. Hablar de las palabras que riman y recordarlas todos los días. Al mes siguiente, cambiar el dicho. Se pueden guardar los dichos del mes en el rincón, en forma de libro gigante.


Ejemplos de dichos:

- En enero, bufanda, abrigo y sombrero.
- Marzo Ventoso y Abril Lluvioso, traen a Mayo florido y hermoso.
- En Abril aguas mil.
- Hasta el 40 de Mayo no te quites el sayo. 
- En octubre de hoja el campo se cubre.


5. Preparar cartulinas con la foto de cada niño y su nombre escrito debajo, con la letra de palo. Debajo del nombre, hacer un rectángulo con tantas casillas como letras tenga el nombre correspondiente; en cada casilla, poner un trozo de velcro. Las niñas y los niños tienen que pegar las letras troqueladas (ya preparadas con otro trozo de velcro) una a una en la casilla correspondiente de forma que compongan su nombre correctamente.


6. Confeccionar una pequeña maleta o una caja con una cruz roja y poner dentro varios papeles pequeños (pueden ser para reciclar), con una cara en blanco, y lápices. se trata de que los niños escriban recetas de médico, libremente, imitando el acto de escribir.


7. Confeccionar el libro de los nombres que empiezan igual. Cada página estara encabezada por una letra del abecedario, irá plastificada y tendrá tiras de velcro. Hacer tarjetas plastificadas con los nombres de los niños y pegar un trozo de velcro detrás. Se trata de que los niños peguen en cada cartulina los nombres que empiezan por la letra que la encabeza.


8. Preparar unas cartulinas pequeñas para pegar la foto de una fruta o verdura y escribir el nombre debajo de cada una. Después, hacer tarjetas solo con el nombre (sin la foto), para que los niños jueguen a emparejar cada cartulina con la tarjeta correspondiente. Detrás, poner un gomet autocorrectivo.


9. Hacer un juego con las onomatopeyas de los animales. Repartir a los niños y niñas unas cartulinas con dibujos o fotos de animales que tengan voz, y otras con las onomatopeyas correspodientes a estos animales escritas en letra de palo. Delante de cada pareja de cartulinas poner un gomet del mismo color para que los niños tengan una manera de emparejar, ya que aún no saben leer solos.


A partir de primaria podremos:
  • realizar taller de lectura
  • recitar poesías
  • buscar información sobre autores importantes

CUESTIÓN DE ORDEN

11.- CON 13 CARTAS (o Fichas de dominó)

Colocamos las cartas (o las fichas de dominó) ordenadamente del 1 al 12 y a continuación la carta nº 13 que representa el 0 o la ficha Blanca doble)
Con las cartas tapadas, cortamos varias veces.
El espectador pasa de Abajo – Arriba, tantas cartas como desee, de una en una.
El mago abre una carta y ella indica el número de las que ha subido el espectador.

Explicación:
Tenemos que observar la última carta (si es un 5) y contar por arriba ese número de cartas, la carta que hace el lugar 5 nos indica cuantas cartas se han subido. Es un efecto mecánico.

12.- EN BUSCA DE LA SUERTE

En este juego, un espectador, tratará de buscar el As de corazones, como carta de la buena suerte. Al final se encontrará con todos los corazones de la baraja.

La Baraja debe estar preparada de la siguiente manera:
Las cartas de corazones estarán en orden: 9 – 5 – 10 – 3 – J – 6 – Q – 2 estas cartas estarán encima del mazo (el 9 encima del todo). En la parte de debajo del mazo estarán la K, vuelta del revés, no se verá, después el 7, 4, y por último cerrando el mazo el 8.
El As estará perdido por el centro de la baraja.
Al comenzar el juego, buscamos el As de corazones por que es la carta de la suerte para el Amor.
El espectador corta y colocamos el As encima para que se pierda en el corte (el As quedará sobre el 9, de modo que al completar el corte todos los corazones quedarán así
K(vuelta) – 7 – 4 – 8 –As - 9 – 5 – 10 – 3 – J – 6 – Q – 2
A continuación se corta varias veces para que la carta quede perdida en la baraja.
Cuando ya hemos dado la carta por perdida, abrimos la baraja con las cartas tapadas, y nos sorprendemos de que haya una carta vuelta, ponemos cualquier disculpa y la separamos del mazo, aprovechando para poner todas las cartas que estaban debajo de la K, encima del mazo.
A continuación el espectador saca de la baraja una a una, poniéndolas sobre la mesa, 12 cartas.
Recoge las 12 cartas y las vuelve a colocar encima de la mesa del siguiente modo: La carta de arriba pasa abajo y la siguiente la pone sobre la mesa, repite este proceso hasta que se queda con una carta en la mano, esa será el AS de corazones, significa suerte en amores para el próximo año, pero además si continuamos levantando las cartas de la mesa veremos que son, el 2, 3, 4, ... de corazones, perfectamente ordenados, lo cuál significa MUCHA SUERTE en los próximos meses.

En el siguiente juego interviene además del orden, el “número mágico” 142857, puede ser interesante estudiar las propiedades de este números de otros números cíclicos.


13.- NÚMERO MÁGICO

Buscamos un número escogiendo las 6 primeras cartas de oros que aparezcan, tra haber mezclado la baraja.
Ese número lo multiplicamos por el resultado del lanzamiento de un dado (1 a 6)
A continuación, nos quitamos una pulsera que tenemos puesta desde antes de comenzar el juego y ... es el mismo número que nos ha salido en la multiplicación.

Modo de hacerlo:

Es un truco basado en el número 142857, que es un número cíclico.

En primer lugar debemos tener una baraja preparada, de modo que en la parte final del mazo se encuentre, de abajo arriba, los oros 1, 4, 2, 8, 5, y 7. A continuación irán el resto de los oros.
Pediremos a alguien del publico que haga una mezcla americana (la cual no cambia el orden de los oros, las alterna en otros lugares, pero sin cambiar el orden) si la mezcla se ha hecho bien, puede hacerse una segunda mezcla, pues los oros habrán quedado en la parte de abajo de la baraja.
A continuación, buscamos los seis primeros oros que aparezcan (con las cartas boca arriba) y escribimos el número que tiene que ser el 142857.

Lanzamos un dado (puede ser virtual) al aire y multiplicamos por el resultado obtenido.
Todas las multiplicaciones van a tener los mismos números:

142857 x 1 =142857
142857 x 2 =285714
142857 x 3 =428571
142857 x 4 =571428
142857 x 5 =714285
142857 x 6 =857142


A continuación, cortamos una pulsera que habremos preparado con esos números y que tenemos puesta desde antes de empezar el juego. Por dentro estarán los números y por fuera hay que tener alguna marca para saber por dónde cortar, dependiendo de la multiplicación que se haya hecho.

  • Con menos de cien cifras, los únicos números cíclicos son los períodos de las expresiones decimales de los números 1/7, 1/17, 1/19, 1/23, 1/29, 1/47, 1/57, 1/61, 1/97 .

PARIDAD



Dentro de las estrategias para la resolución de problemas, hay un concepto muy poco utilizado en nuestras aulas, que resuelve una gran cantidad de situaciones problemáticas: La paridad.

El concepto de paridad ( un número par es aquel que tiene paridad par y un número impar es aquel que tiene paridad impar) es una idea muy simple que sirve para resolver muchos problemas, algunos realmente complicados. La simplicidad de este concepto, permite abordar muchos problemas, poniendo especial énfasis en lo esencial del razonamiento.

Veamos algunos juegos de magia, relacionados con la paridad:

9.-CUATRO OBJETOS DE YATES

Colocamos tres palillos verdes y uno rojo en una fila, nos volvemos de espalda (Pueden ser cartas de una baraja y fijarnos en una de ellas por ejemplo el as de oros). Un espectador cambiará la posición del Rojo, intercambiando su posición con uno verde que esté a su lado, tantas veces como quiera, pero debemos saber cuántas.
Iremos pidiendo que retire palillos, hasta que se quede solo con el rojo.

Explicación:

1 2 3 4R
Antes de volvernos nos fijamos en la posición del rojo (4).
Si el número de cambios es impar, el Rojo acabará en posiciones 1 o 3
Mandamos retirar el 4 (extremo derecho).
Pedimos un nuevo intercambio del palillo Rojo, con lo cual quedará en la posición 2 (centro)
Mandamos retirar los dos extremos, y queda el Rojo
-Si el número de cambios es par, el Rojo acabará en las posiciones 2 o 4
Mandamos retirar el 1 (extremo izquierdo).
Pedimos un nuevo intercambio del palillo Rojo, con lo cual quedará en la posición 2 (centro)
Mandamos retirar los dos extremos, y queda el Rojo

10.-QUEDAR EN EL 5

Se trata de un castillo encantado, donde las habitaciones van a ir desapareciendo, durante la noche. El castillo tiene 4 puertas, situadas en el punto medio de cada pared (es decir enl 1, 3, 7, y 9)

8
1
6
3
5
7
4
9
2
Cada uno de los alumnos puede entrar por la puerta que prefiera. Una vez dentro el “mago” leerá una serie de instrucciones e irá indicando, número de movimientos y la habitación que desaparece. Al final todos los alumnos quedarán atrapados en una habitación, habiendo desaparecido el resto.
Cada movimiento consiste en trasladar la ficha a un lugar adyacente, en Horizontal o Vertical (no en diagonal)
Explicación:

Cada movimiento significa un cambio de paridad, por tanto basta con retirar las habitaciones contrarias, a la paridad donde se encuentran los jugadores, que pueden estar en habitaciones diferentes, pero con la misma paridad.
Las órdenes de la tarjeta son:

1- Hacer 2 movimientos y Retirar el 6
2- Hacer 4 movimientos y Retirar el 2
3- Hacer 7 movimientos y Retirar el 1
4- Hacer 3 movimientos y Retirar el 4
5- Hacer 1 movimientos y Retirar el 7
6- Hacer 2 movimientos y Retirar el 9
7- Hacer 5 movimientos y Retirar el 8
8- Hacer 3 movimientos y Retirar el 3

Existen muchos juegos de magia, que se basan en un principio muy elemental: el Orden. Bastará tener las cartas u otros objetos ordenados para que el juego salga de manera mecánica.